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Argentinidad al palo: pinceladas de Palermo
28.07.2015 | 00:04

Al pasar el ingreso las muchas boinas y botas por doquier cambian rápidamente el paisaje urbano moderno. Tonadas en las voces, pañuelos en el cuellos, cientos de chalecos tradicionales de muchos allegados al sector, son la marca indeleble que ha llegado el campo a la ciudad. De repente, un toro de 1000 kilos te pasa por al lado, como quien va a subir el subte. Delante, un cabañero simulando llevar un cachorro, lo transita con un simple bozal de soga demostrando la docilidad y el trabajo realizado sobre esta mole de kilos de carne que parece no inmutarse ante los cientos de miradas atónitas que en algunos casos, jamás ni siquiera vieron una vaca en vivo. Así es Palermo, cada uno en su mundo y cada quien compartiendo ese maravilloso mundo campero.

Los caballos, muy visitados son el lugar predilecto para que muchos sueñen por un instante libertades que el asfalto pocas veces permite. Ovejas, pollitos, cerdos y un puñado de razas bovinas, son el paseo obligado para muchos chicos que seguramente no logran asociar sus hamburguesas o sus “patitas de pollo” con el bicho que allí camina. Palermo es eso: es “empapar” de realidades al mundo que vive dentro de la General Paz.

Del otro lado, los entendidos revisan una potente cosechadora, asisten al foro de genética bovina y estudian minuciosamente un “Deps” (datos esperados de progenie) de carne, viendo en realidad si el peso al nacer de los terneros del ejemplar revisado, responde a las condiciones del futuro rodeo, si es que se piensa en una compra. Claro, habrá que esperar primero, si el ojo de quien revisa se asemeja al del jurado, que en definitiva, podrá o no dar un sobrevalor con una cucarda a dicho ejemplar.

Un mate cebado al pasar, un abrazo entre amigos, una foto cholula con algún famoso que por allí transita y el olor a humo que nos recuerda que allí hay carne para todos, la mejor carne del mundo será degustada por muchos en este soleado mediodía. Es apenas una postal, una pincelada de una impresión que siempre vale la pena ser compartida. Aquellos que lo han vivido seguramente cerrarán los ojos y por un segundo, vendrán los recuerdos de la Rural. Quienes nunca lo han pisado, en la capital de los Argentinos espera la muestra ganadera con más historia del mundo. Venga, no lo dude, si cree que exagero verá en un instante que aquí hay más Argentina, que en miles de kilómetros a la redonda.  

Carlos Bodanza

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