Esto fue un proceso que arrancó en Septiembre-Octubre del año pasado, y si bien los precios para el gordo trastabillaron un poquito desde fines de Agosto para acá, también hay que señalar que estacionalmente esta no es la mejor época para vender gordo, porque se acumula una oferta un poco más alta que la que existe en el resto del año. Entonces, tenemos menos faena, más precios y esto configura esta fase que estoy señalando.
El tercer factor que no está alineado con esto, es que todavía estamos tenido una faena de hembra bastante alta, que si bien no está en los niveles del año 2008-2009, es un número que nos hace dudar un poco para afirmar que estamos en una fase de retención. De todas maneras, hay otras variables que se podrían utilizar, pero que no tenemos datos en Argentina; tales como el precio promedio de la faena o la composición por edades (novillo, novillito, ternero).
Son menos herramientas que tenemos para evaluar esto. Mi conclusión provisoria es que hemos arrancado esta fase de retención y esto significa la posibilidad de que los precios sigan entonándose, siempre por encima de la inflación.
Estacionalmente esta es una mala época para la relación invernada-gordo para un invernador porque hay una oferta un poco más importante de lo normal para el gordo y una oferta un poco menos importante que lo normal para la invernada. Entonces, con estos números es difícil entrar en el negocio de la invernada. Pero en los próximos dos o tres meses, cuando se invierta esta situación, se dé la zafra de los terneros y el momento estacional de mayor precio de los novillos, esto va a variar y va a volver a ser un elemento alentador para la invernada.
Mirando a futuro la caída de los precios en términos reales de los dos últimos meses, en los últimos 15 días se ha recuperado un tanto, pero todavía no hemos alcanzado los valores de Agosto pasado. Esto tiene que ver más por una causa estacional, que por una causa estructural.
De todas maneras, una fase de retención o una fase de expansión alimentaria, significa una inversión muy importante de toda la cadena de ganados, y como cualquier proceso de inversión esto resulta de lo que pueda pasar con algunas variables macroeconómicas (tasa de inflación, tasa de interés, el curso de recesión).
Entonces, una mayor tasa de inflación y una mayor tasa de interés afectaría este proceso pudiéndolo hacer revertir.
De la misma manera, una mayor recesión y una menor demanda de carne podría afectar al precio de la hacienda que es un pilar importante en esta nueva fase.
Esto claramente puede pasar, pero habrá que esperar para ver si efectivamente se concreta o si esta fase de retención sigue avanzando.
Para el productor ganadero es algo concreto pensar en la 481 o en el mercado de Estados Unidos. De todas maneras, hay que tener en cuenta que Argentina como un todo, va a tener una participación muy limitada en la cuota 481 y no creo que pase las cinco mil toneladas. En ese sentido, me parece que esto lo van a poder a aprovechar un número relativamente pequeño de productores, feed lots y frigoríficos.
Antes de tomar una decisión al respecto va a haber que tener bien armada la estructura del negocio para no llegar al final del proceso y darse cuenta que por no haber podido ingresar como 481, esa carne tiene que ingresar a Europa como no Hilton y la brecha de precios entre una y otra va a ser muy fuerte.
Por lo cual, van a cambiar completamente los resultados que se habían previsto en su origen. Hay que andar con cuidado.
Miguel Gorelik, director de www.valorcarne.com.ar
Para Mañanas de Campo