Fue una semana brava sin dudas, en esta constante sensación de que por acá todo sube y todo baja, esta increíble novela llamada Argentina, donde no hay donde hacer pie y cuando creemos que hay que levantar las manos y gritar porque la subida del “carrito” de la montaña rusa tomó el vuelo suficiente, en ese mismo instante, se hace el vacío y el carrito cae vertiginosamente con el estómago en la boca y todo se hace gris de repente.
Así vivimos, así parece que está dada la cosa, para que en pocos días una vez más la película “relatos salvajes” donde “Bombita” termina volando una playa municipal de autos secuestrados, en la cotidiana, solo tenemos la suerte de que ninguno de nosotros, no sea el elegido para que un día diga definitivamente “basta”. Y sino, pregúntenle por qué motivos ninguno de los que estuvo “secuestrado” arriba de los vuelos de Aerolineas Argentinas, no decidió definitivamente hacer la justicia que la propia justicia no hace.
Es un locura? Si, la locura es que gremios, sindicatos y trabajadores, lleven todo al extremo, crean que son los dueños de todo y nosotros meros espectadores de lujo, con el detalle, que la guita es nuestra, justamente la que ellos ganan. No hace falta mucho, nada, que tal vez uno que este ahí arriba haya tenido una mala noticia familiar, un desamor, un diagnóstico de enfermedad, cualquier disparador un día será suficiente, para que relatos salvajes, deje de ser una simple película.
Y en esa constaste sensación de que no es posible nada sin justicia, transitamos nuestros días, y para ver y entender que las cosas son posibles, basta con ver qué ocurrió con los piquetes porteños: donde están? Donde se fueron los defensores del pueblo? Sin plata no hay más supuestos Argentinos luchando por la patria? Bueno, se comenzó a desnudar esto de que por el “pancho y por la coca”, existían manifestaciones, sin ello, la careta de unos cuantos, se calló a pedazos.
Hoy muchos creen que el gobierno va por gremios y sindicatos, va por los derechos de los trabajadores, etc, etc. Nada de eso, va por la dignidad de los que laburan con reglas, bajo cuestiones lógicas, no cohercitivas, sin esa manía de querer ser los dueños de todo, cuando en realidad, los derechos y las obligaciones, siempre deben ir de la mano, una u otra en desequilibrio, ocasiona justamente la palabra “injusticia”.
El mundo todos los días avanza, cambia, se manifiesta, nos muestra el camino al cual todos se suben y en el cual una y otra vez, hemos porfiado por bajarnos, como si fuéramos de otro lugar, como si tuviéramos que jugar con otras reglas, esa ha sido la política permanente de los últimos por lo menos, 30 años.
No se trata de Milei, de Trump o de Elon Musk, aquí la cuestión es intentar que el mundo simplemente nos mire, por lo que tenemos, por lo que somos capaces de producir, por lo que podemos vender, por lo que podemos lograr y no siempre, por nuestras miserias, nuestros conjuros políticos, nuestras muertes misteriosas, nuestras prohibiciones y nuestras alianzas con los más despreciables del planeta. No, aquí se trata de ser nosotros mismos, pero con la inteligencia, de tener los teléfonos de los que nos pueden beneficiar y sobre todo, que atiendan esos teléfonos, es así de simple, no tiene tanto misterio la diplomacia.
Todo tiene que ver con todo, por eso justamente en este día tan particular, sería muy bueno rescatar quienes somos, de dónde venimos y sobre todas las cosas, adonde no queremos ir, y es ahí donde principalmente a los Argentinos de bien, a los que laburamos, a los que cada día creemos en un país libre y justo, no debemos perder jamás la memoria, porque cada día los que destruyeron este bendito país, están trabajando para que olvidemos que son ellos, los responsables de nuestros peores años de historia.
Carlos Bodanza
Para Infosudoeste