El Pacífico Ecuatorial oscila actualmente en el rango “Neutral”, pasando sucesivamente, de levemente cálido a levemente frío, como lo indican las amplias superficies con temperaturas sobre lo normal en el Pacífico Ecuatorial (Áreas en marrón rojizo en la Figura 1), que se alternan con franjas con registros bajo lo normal (Áreas en celeste en la Figura 1), augurando un marco climático favorable a la temporada 2025/2026, aunque por el momento no puede evaluarse con precisión la intensidad a que arribará el fenómeno.
No obstante, persisten algunos factores perturbadores, como la activación de los Vientos Polares, que causan un extenso enfriamiento del Océano Glacial Antártico (Área en celeste en la Figura 1).
Por otro lado, a pesar que ya ha transcurrido la mitad del Otoño, persiste un amplio foco de calor intenso sobre el Cerrado Brasileño que, durante el final de la primavera y el comienzo del Verano próximos, podría expandirse hasta el centro de la Argentina, el sur del Brasil y el Uruguay, causando un lapso seco y tórrido.
La primera parte del Otoño observó precipitaciones abundantes, que completaron la reposición de las reservas de humedad de los suelos, pero retrasaron un tanto la cosecha (Figura 2). Contrariamente, durante lo que resta del Otoño, la activación de los vientos polares provocará fuertes tormentas cordilleranas, impulsando masas de aire frío y seco hacia el interior del área agrícola, causando heladas tempranas, y reduciendo las precipitaciones sobre el centro y el sur del área agrícola, permitiendo avanzar en la recolección de la cosecha gruesa, y llevar a cabo las tareas preparatorias para la implantación de la cosecha fina.
El Invierno 2025 apunta a recibir precipitaciones dentro del rango medio estacional (Figura 3) en la mayor parte del área agrícola, favoreciendo la implantación y el arranque de los cultivos de invierno. No obstante, la Cordillera observará fuertes tormentas y nevadas, impulsando vigorosas masas de aire polar hacia el sur del área agrícola, causando heladas intensas, y dejando con aportes hídricos escasos a Cuyo y el sudoeste del área agrícola.
Durante la Primavera (Figura 4) la mayor parte del área agrícola observará precipitaciones abundantes, dando un panorama general positivo, aunque no exento de perturbaciones. La persistencia de tormentas sobre la Cordillera Sur indica la posibilidad del ingreso tardío de vientos polares, con riesgo de heladas tardías, y el desarrollo de un área seca con foco sobre el límite común entre La Pampa, Córdoba y Buenos Aires. Los calores tempranos serán elevados, aunque no extremos.
El Verano 2025 (Figura 5) continuará observando un panorama bastante homogéneo, con precipitaciones dentro del rango normal en la mayor parte del área agrícola, aunque con riesgo de fuertes excesos en su porción norte, mientras la entrada tardía de vientos polares podría mantener focos secos sobre algunas zonas del oeste y sudoeste. No obstante, como se adelantó en la introducción, podría producirse un lapso seco y muy caluroso entre fines de la Primavera y el inicio del Verano próximos, causando estrés a los cultivos y pasturas e iniciando incendios.
Este fenómeno ha venido acentuándose durante las últimas temporadas, obedeciendo tanto a causas naturales, como el inicio de una fase negativa del ciclo le lluvias, como a la actividad humana, representada por el extraordinario avance de la agricultura en el Cerrado del Brasil, la construcción de represas para riego y producción de electricidad, y el dragado de la Hidrovia, sin el aditamento de las necesarias obras de regulación que compensen sus acciones perturbadoras, haciendo temer que estos efectos continúen agravándose con el tiempo.
Aunque la tendencia del clima se presenta positiva a grandes rasgos, el manejo del sistema productivo debe hacerse con mucho realismo y prudencia, teniendo en cuenta que la evolución prevista no estará totalmente exenta de riesgos
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Ing Eduardo Sierra – Especialista en Agroclimatología
