La columna de hoy resulta fácil de escribir, sobre todo cuando los supuestos temas a analizar, son los precios sostenidos, la demanda de vaca, la invernada que no alcanza para oferentes envalentonados, un interior que hoy es tan o más competitivo que cualquier mercado o pantalla, toros que en los remates reconocidos hacen cifras impredecibles, vientres con genética que trepan y trepan, pasto en campos donde los inviernos estaban prohibidos y hoy son un verdadero “vergel”, exportación pujante, futuro promisorio. Fácil, muy fácil para aquel que durante años, tuvo que disfrazarse para analizar un mercado intervenido, caótico, triste y siempre “en falta”, pidiendo permiso para producir.
Dicho esto, el interior está de fiesta: cuando hay consumo del bueno, que suele haber poco, los valores pasan los 3200$ en categorías livianas. La vaca gorda fue elegida para quienes hartos de una agricultura muy de “casino”, encuentran que los granos, toman valor y hoy venden gordas al mostrador arriba de los 2000$. Qué decir de las vacas de negocio, cuando toda la vaca para invernar se posa sobre los 1500-1600$ y cuando hay lotes sangrados, de una vaca encarnada llega a los 1700$, negocio para el que compra, negocio para el que vende. Semana donde los números de faena de Senasa, muestran que se matan más vacas que novillos y eso, es señal de un futuro sin límite para un vientre que aún, tiene vergüenza de dar la cara.
Vender invernada es un cheque al portador, todo el ternero se posa en los 3800$ de promedio y alcanza con facilidad los 4000$ y si son livianos, la cifra no importa, un ternero que se cae parido de la vaca, vale 550 mil pesos sin haber respirado, esa es la firmeza de una invernada, que rompe todos los números. La ternera, sigue siempre en 3300$ pero cuando hay calidad, los 3600$ son posibles, y vimos venderse vaquillonas para servicio, alcanzando el millón de pesos.
Los toros empezaron a moverse, los 5 millones de pesos de promedio, no son quimera, y los dos remates emblemáticos de esta semana, mostraron toros de pedigree-no uno, varios de ellos- en 30-40 “palos”, números que cuesta entender y que no cierran en ningún análisis que no sea, las ganas de tenerlos, la pasión de una genética y la posibilidad de ver que hoy quien tiene la moneda “patas en mano”, no le tiene miedo a nada.
Hagan juego, Junio viene recargado y con un segundo semestre a la vista, que habrá que buscar lugar en la platea, para no perderse una temporada que ya no solo promete, sino que hace punta en cualquier cancha.
Carlos Bodanza para Radio Nacional y Campo Total Web
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