Las abundantes lluvias que se vienen registrando en la región desde el inicio de la primavera generan muy buenas expectativas respecto a la evolución de la campaña, pero también encienden las alarmas en materia sanitaria. Hoy los cultivos tienen un gran potencial de rinde y también de enfermarse.
El Ingeniero Marcos Rosso, asesor de Agronomía Lindon, abordó la cuestión en Mañanas de Campo. Y dejó un mensaje muy claro: hay que estar como nunca encima de los lotes.
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– Los cultivos se ven como nunca producto del abundante milimetraje que se viene registrando en la región. Este escenario tan favorable también lo es para las enfermedades, ¿cuál es hoy el escenario sanitario de la fina en la región?
– Sí, es así. Son problemas lindos (los sanitarios) porque son por exceso de agua, por cultivos exuberantes, muy verdes, muy frondosos, que acumulan humedad, que cubren el entresurco, que generan que la humedad ambiente se mantenga y haya mucho rocío en la mañana, y haya dos o tres horas mínimo por día de hoja mojada. Y ahí es donde se meten los hongos. Si el ambiente es muy lindo para el cultivo, es muy lindo para los hongos.
Al igual que todos los años, en septiembre se empezaron las primeras aplicaciones de acuerdo a la variedad de cebada, más o menos susceptible a manchas, y a roya amarilla en lo que es trigo. Avanzado el mes y los estadíos fenológicos de los cultivos, y con la aparición de las lluvias, ya el 1° de octubre empezamos a ver royas en cebada, cuando normalmente tenemos mancha en red y escaldadura en esa época. Ahí se empezó a ver que era un año distinto, porque tanto en los lotes de trigo como de cebada empezaba a haber mayor incidencia y severidad. Con el agregado de esta nueva jugadora en las cebadas, que es la roya.
– ¿En qué variedades apareció?
– Empezó en la variedad Montoya, que fue muy explosiva. Después la comenzamos a ver en Overture y ahora en Andreia. Este panorama es desde la zona de Bajo Hondo hasta Tres Arroyos, y por la ruta 72 hasta Saldungaray, dando la vuelta por Estomba y Cabildo. Esto nos obliga a estar activos y seguir recorriendo los lotes semana a semana.
– ¿Cómo impacta este escenario en lo logístico y en las cuestiones de manejo? Porque muchos productores de esta región no están familiarizados con la aplicación de fungicidas.
– Así es, lo que está pasando es que productores o clientes de la agronomía o productores que asesoro de una zona más marginal, que normalmente no usan fungicidas, están teniendo la problemática y están aplicando fungicida por primera vez en muchas campañas. Y en el caso del productor que ya estaba acostumbrado por zona y región, rendimiento y tecnología a presupuestar un fungicida, se está dando que en la mayoría de los lotes ha tenido que realizar dos aplicaciones.
– ¿Eso tiene que ver por las condiciones ambientales o por la severidad de los ataques?
– Esto es porque las condiciones ambientales hacen que se siga manifestando la enfermedad. En el caso de esta roya en cebada se ve que es muy agresiva y algunos productos no están alcanzando a tener la persistencia que tenían otras campañas. Yo tengo lotes que sigo que les he hecho un producto triple mezcla, que es un triasol más estrubirulina más carboxamida, que eso normalmente te daba una muy buena protección por 30 días y lo hemos tenido que reaplicar a los 20/25 días. Es como que los productos están teniendo una performance menor a la de campañas anteriores y hay que reaplicar muchos lotes.
– ¿Cuál es la recomendación ante esta situación?
– Obviamente que hay que estar encima de los lotes. Nosotros los venimos monitoreando una vez por semana porque lo que tenés que ver es cuánta hoja verde vas a necesitar para llenar el grano de cebada y el grano de trigo. En el caso de cebada siempre cuidamos hoja bandera -1 y -2, porque la hoja bandera tiene muy poca superficie, entonces es prácticamente despreciable lo que aporta al rendimiento. Y en trigo se cuida hoja bandera y bandera -1. Si vos llegas a aplicar fungicidas cuando ya ves las enfermedades en esas hojas, entraste tarde.
Lo que normalmente se hace es ir recorriendo el lote y cuando empezás a ver los síntomas en las hojas de más abajo, ahí es donde aplicas el fungicida a modo curativo para matar lo que ya tenés y preventivo para cuidar las hojas de arriba. Si vos llegas tarde, seguramente vas a aplicar una sola vez, pero el daño ya va a estar hecho. Entonces, gran parte de los productores hacen una aplicación temprano, y en este caso como las condiciones ambientales siguen predisponentes para la formación y desarrollo de hongos, están aplicando una segunda vez.
– ¿Y cuál es la situación respecto al tema logístico?
-El tema logístico está muy complicado, no hay piso para hacer las aplicaciones con terrestres, no hay turno con avión y estaban empezando a faltar fungicidas. Es decir, hay complicaciones de disponibilidad de productos, de aviones y, por las condiciones ambientales, para trabajar las máquinas terrestres.
– Con el potencial de rinde que muestran los cultivos en una zona donde normalmente se apuntó a calidad, seguramente es necesario ajustar la fertilización. ¿Hasta cuándo es posible llegar con una aplicación foliar para apuntalar la calidad?
– El agua ayuda, pero no hace el 100% de las cosas. Hay que darle una buena base a la ayuda de la lluvia para tener buenos resultados. Pero mayoritariamente en todas las zonas la gente va a tener un rendimiento promedio por encima de lo normal. Por ende, si usó un paquete tecnológico no acorde, es muy probable que esté el efecto de dilución de proteína porque va a haber exceso de rendimiento.
Creo que para el que venía trabajando bien en la parte nutricional y tiene la buena sorpresa de tanta agua, sí puede ajustar algo de calidad aplicando algún producto foliar, como los nitrogenados que venían antes al 20% -que era el único que había en el mercado- y a los que ahora se les han sumado los biológicos con microorganismos, que pueden llegar a ajustar o a tratar de no caerse tanto en proteína. Ahora, el que no hizo las cosas bien en la parte nutricional, el agregado de estos productos a último momento no va a revertir la condición inicial.
Sí valdría la pena en un candeal, que hay que meter proteína y gluten; y sí valdría la pena tratar de aguantar una cebada que viene bien nutrida y que la queremos meter para cervecera. Porque a mi modesto entender habrá muchos lotes de cebada con muy buen rendimiento sin llegar a proteína y por ende va a haber exceso de forrajera.
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