En una campaña caracterizada por las muy buenas condiciones ambientales tanto para el desarrollo del cultivo como de enfermedades, el Ingeniero Mariano Becker, jefe del Criadero de Semillas de la Asociación de Cooperativas Argentinas tiene Cabildo, recorrió en Mañanas de Campo las cuestiones más relevantes que ha tenido hasta ahora la campaña triguera. Se mostró optimista respecto a la recta final, pero también advirtió sobre los posibles daños de helada y ataques de roya.
Escuchar la nota:
– La semana pasada se dieron en la región dos heladas, que aparentemente fueron leves. ¿Cuándo se verán en los cultivos los daños, en caso de haberlos?
– Se puede tener una medida bastante rápida del potencial del daño si sabemos en qué estado fenológico estaba el cultivo desde el lunes hasta el miércoles, que fue cuando se dio la condición. Lunes a la noche, martes a la mañana y el miércoles a la mañana también, siempre hablando de la pasada semana. Fueron dos heladas de un una intensidad no muy severa, sumado a que había mucha humedad, y eso mejora un poco la perspectiva.
Sin embargo, lo que es trigo en floración se va a ver resentido. Entonces, aquellos lotes que hubiesen estado espigados el fin de semana o hasta el lunes, es posible que vean alguna de sus flores afectadas por la helada, y esas flores se mueren. De modo que en esas espiguillas no se forma grano.
La pregunta inmediata entonces es: ¿qué porcentaje del área estaba en esa situación? Y eso depende de cada partido, de cuál es el manejo que tuvo el cultivo, de cuál es la fecha elegida, cuál fue el cultivar sembrado. Hay zonas del partido de Darregueira, por ejemplo, donde siembran un poco más temprano, y los cultivos estaban en floración. O sea que es probable que reciban algún daño. Lo mismo en la zona de Pigüé y Suárez, que el grueso estaba sembrado más bien sobre el mes de junio, entonces los cultivos estaban un poquito más atrasados. No se espera ver un gran daño.
Sí por ahí en aquellos lotes sembrados muy temprano por el motivo que sea, muchas veces por una cuestión de logística, cuando hay que sembrar muchas hectáreas, la única manera es empezar temprano. Cada uno sabe el riesgo que asume.
– En la mayoría de nuestra zona los cultivos estaban como nunca, con un potencial de rinde alto impulsado por lo que han sido las lluvias. Pero también muchos lotes ya han tenido que ser tratados y otros tendrán que serlo por la presencia de hongos.
– Es una campaña de un nivel de precipitación muy bueno. Tiene la particularidad de no haber tenido un invierno tan fresco como el año pasado. Fue un invierno, y así lo muestran también los cultivos, más benigno y una entrada a la primavera benigna con muchos días en septiembre de 24, 26, 28 grados, y eso más que la humedad es lo que condiciona el avance en ciclo de los cultivos. La directriz es siempre la temperatura.
Entonces eso condicionó a que haya muchos cultivos que estén más adelantados. Aquellos trigos que no tienen sensibilidad fotoperiódica, cumplen el requerimiento de acumulación de calor más rápido con esta condición y se dispara un poquito el ciclo.
Y está claro que la condición de humedad fue muy buena, los cultivos están espectaculares. Esto favorece el desarrollo de enfermedades foliares, en nuestra zona principalmente. Y lo que vimos primero y con una intensidad bastante alta es roya amarilla, y ahora está empezando a aparecer algo de roya de la hoja.
– En ese sentido también juega un papel determinante las variedades sembradas, respecto a si son más o menos susceptibles, a esta enfermedad que tanto afecta a los trigos de la región.
– Sí, exacto. En nuestra zona la roya amarilla está casi todos los años, pese a que falte algo de humedad, siempre en algún momento del ciclo se manifiesta. Este año, particularmente por las condiciones, se vio desde muy temprano y como la humedad se mantuvo, la enfermedad siguió ciclando, no frenó, entonces en variedades susceptibles vimos niveles de infección muy altos.
Nosotros siempre destacamos la importancia de esta enfermedad para nuestra zona, no solamente porque la vemos siempre, sino porque es una zona en donde una aplicación de fungicida en un año normal -no en un año como este-, te puede dejar afuera del número, digamos, te rompe la ecuación económica. Y ni qué hablar si esa aplicación de fungicida la tenemos que hacer temprano, cuando todavía falta un montón para la cosecha, y que no sabemos si en octubre nos cierran la canilla, deja de llover, y el rendimiento se desploma. Porque en nuestra zona, sobre todo el sector más restrictivo en cuanto a perfiles, no tenemos capacidad de almacenar muchos milímetros. Entonces si deja de llover, el rendimiento se desploma y todavía estamos muy lejos para cosechar, como para decidir gastar, 150, 200 kg de trigo en una aplicación de fungicida.
Por eso nosotros hacemos mucho hincapié en tratar de manejar en esta zona variedades que tengan buena resistencia a roya amarilla.
– Tuvimos agosto, septiembre y octubre prácticamente sin viento, sin el temido soplete, se puede decir que los cultivos entraron a noviembre prácticamente sin estrés alguno. Eso es muy atípico.
– Sí, totalmente. Ya estamos en el inicio de noviembre, ya la mitad del periodo crítico del cultivo. Por eso es que fue importante el tema de la helada a lo que hace a repercusión más que nada, porque se da en la ventana recomendada de espigazón, que es del 20/22 de octubre al 5/7 de noviembre, por ahí en algunos lugares de Suárez particulares más heladores la corremos unos días más.
Pero la helada es una helada tardía por definición para nosotros, cae en fecha normal de floración para el cultivo. ¿Qué quiere decir? Que la primera mitad del periodo crítico, que es prefloración, ya pasó y pasó muy bien, pasó con las condiciones que hablamos. Ahora falta la otra mitad, que nos encuentra con una masa vegetal, una cantidad de biomasa que va a demandar mucho. Entonces, vamos a seguir necesitando algo de aporte de precipitación, no es que el cultivo ya está hecho. Más que nada los que están floreciendo ahora. Lo que floreció más temprano porque eran insensibles y se dio que no heló un poquito más temprano y heló ahora, se escapan de esa helada, ya tienen el grano armado, ya tienen más días de llenado en muy buena condición.
De todas maneras, la condición, según los pronósticos para los próximos días, indican máximas por debajo de 25 grados, más las últimas lluvias, ya vamos a tener metido adentro más de 10 días de llenado en muy buena condición, y los perfiles están cargados. Así que la perspectiva es buena.
– Ante esa situación que describís, con la gran cantidad de masa foliar que tenemos, esa biomasa y ese potencial de rinde que podríamos tener puede ser que no esté cubierto con la fertilización aplicada. ¿La recomendación sería jugarse una “ficha” más y realizar una aplicación foliar?
– Es muy complicado tomar esa decisión. Sabemos que la fertilización foliar es la única alternativa para levantarle algo la proteína a esta altura, y económicamente no sé si cierra. Creo que el que no hizo bien los deberes de ir acompañando la precipitación tal vez sacrificó algo de rendimiento, si estaba muy justo de nitrógeno fundamentalmente debería haber corregido un poquito macollaje hasta encañazón.
Aunque es también tiene un poco que ver la variedad, cuánto diluye el nitrógeno en rendimiento o cuánto no. Hay variedades que tienden a concentrar la proteína. Por ejemplo, nuestro querido ACA 360 era una variedad en ese sentido muy marcado que no se caía nunca la proteína por más que rindiera un montón. Hay otras variedades que la diluyen un poquito.
Entonces, hay que hay que analizar todo: ¿Cuál es la perspectiva? ¿Cómo estuvo el cultivo respecto al nitrógeno? ¿Cuál es el cultivo antecesor? ¿Cuál es el nivel de materia orgánica? Porque ahora con mayor temperatura la materia orgánica del suelo tiende a liberar algo de nitrógeno, Entonces, si analizamos el nitrógeno potencialmente mineralizable, el NAN, cuando hicimos el muestreo de suelo… Son un montón de cosas. No es para hacer una recomendación general, cada uno tendrá que evaluar a partir de toda esta información.
– Ante este escenario tan positivo hasta el momento y con las particularidades que comentaste, cómo viene siendo el comportamiento de las variedades de ACA y qué se puede esperar hacia el final del ciclo.
– Son variedades que se defienden muy bien en estos ambientes. ACA 369, que es un lanzamiento de este año, está en cooperativas, ha mostrado ese perfil defensivo por el cual llegó al mercado con una sanidad foliar muy sólida, bien parada, con un buen nivel de producción de biomasa y esperando un rendimiento acompañando esto.
En general todas nuestras variedades, el 502 acomodado en su ciclo como insensible, que por ahí alguno lo sembró, entonces floreció un poquito más temprano y está ya en llenado y está muy lindo. Lo mismo Fresno y ACA363 que está espectacular.
La verdad que son variedades que han funcionado bien. Todas estas no tienen problemas de roya amarilla. Son variedades que tienen susceptibilidad en plántula, pero después manifiestan lo que llama resistencia de planta adulta. Entonces, más allá de la aparición de alguna estría en macollaje, de encañazón en adelante la enfermedad se empieza a detener y tal por suerte no hubo un cambio de razas ni nada. Así que contentos en ese sentido también.
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