Nada parece cambiar en materia de consumo, nada, ni los ingresos al mercado que siguen siendo escasos si uno pensara en el historial donde durante muchos años –o al menos aquellos tiempos de Liniers- los 30 mil o los 25 mil eran materia corriente, y ahora las semanas siempre están por debajo de esos números generalmente no muy superiores a los 20 mil o los 22 mil y monedas de esta semana. Y a pesar de la escases los valores no cambiaron, el techo está instalado y nada parece inmutarlo: ni el 15% de atraso que tiene el precio de la carne al mostrador, ni casi el 40% que tiene de estancamiento la hacienda en pie en el mercado, ni la vaca empujando y a veces pareciéndose a muchos consumos con promedios de 1600 y hasta 1700$ y máximos que van hasta 1800$, ni los toros que muchos de sus pares sin sus “principales atributos” no logran los valores que hacen sus propios hermanos enteros. Nada, no hay fórmula alguna que logre mover los valores que lamentablemente –al menos es nuestra predicción- el día que cambien, lo van a hacer como lo han hecho siempre, bajo el efecto explosivo que le hace tan mal a toda la cadena.
Los fundamentos? Tarde o temprano, si el clima se acomoda, si la economía tiene algún rebrote, si los últimos dos meses del año con consumos que siempre aumentan empujan las variables, todo irá a donde tiene que ir y lógicamente, aparecerán las placas rojas de Crónica y Alberto Williams – o algún representante de este desaparecido supuesto carnicero- saldrá de su sarcófago a maldecir a ganaderos que durante 6 meses vieron repetir valores y por una semana de precios altos, hablará de la avaricia, la especulación y otras yerbas.
La invernada parece ver otra película o al menos, parece hacer fuerza desde un lugar que habla de lo mismo: no hay manera de que tarde o temprano, el gordo no suba. Por eso a los promedios habituales, hoy ya hay que hablar de un ternero de 2600 a 2700$, todo instalado por ahí, con valores que a veces por cuestiones puntuales –como fue la expo Angus de primavera en Cañuelas- se dan situaciones particulares, se vieron algunos lotes de 3000-3200 y hasta 3500$ en las categorías de referencia del ternero, pero todo en un contexto donde muchos remitentes aprovechan estas muestras para enviar genética de mucha calidad y las casas consignatarias de cierta manera, muestran su potencial de venta en una sana competencia publicitaria -o no?-, para dar a conocer su poder de fuego o de venta, con ese tipo de inversiones, pero al menos hoy, no hay contexto aún para esos valores, salvo que alguien haya visto cosas, que nadie aún haya visto.
La hembra tal vez es el mejor regulador climático de todo lo que ocurre en materia de valores: con muchos lotes en 2500$ e instalada sobre los 2400$, empieza a mostrar en zonas de lluvias, las primeras retenciones, que si ocurre la primavera que todos esperamos, tendrá tal vez su mejor momento, con precios, con manos y con un vientre que aún, espera –casi eternamente-su buen momento. Mientras tanto, en las cabañas que se vende calidad, que se vende historia genética, se ven sin dudas valores para entusiasmarse, en paridas, en preñadas –generalmente vacas- y en algunas vaquillonas que dejan valores bien instalados para un vientre
Ya es primavera y la mirada comienza poco a poco a instalarse definitivamente en el clima: será sin dudas una suerte de “Cesar Romano” marcando pulgares arriba o pulgares abajo, y allí, no habrá economía, mostrador, mercado, gobierno o nadie, que alcance a manejarlo. Porque existe aquí y donde haya ganadería en el globo terráqueo un solo reinado para el país ganadero: las lluvias, el único gobierno capaz de cambiar los valores.
Carlos Bodanza – Para Radio Perfil y Campo Total Radio
Infosudoeste