A medida que pasan justamente las semanas y en este caso, ya los meses –entramos en Octubre- la calma que precede a la tormenta comienza a emitir las primeras señales reales de esto que tanto venimos diciendo, tarde o temprano, tendrá que cambiar.
La monotonía de Cañuelas dirá que semana tras semana se repiten los mismos ingresos, no van más allá de los 22.597 como cada viernes es el recuento final, cuando hay buena mercadería el techo toca los 2200$ y todo el resto se va para abajo, solamente la vaca, parece dispuesta en materia de consumo, a dar la nota, donde es frecuente ver lotes de 1700 y hasta 1800$ con promedios por encima de los 1600$. Todo esto, casi de memoria, como si en Cañuelas se viviera aquel día de “La Marmota” donde cada día el protagonista, veía las mismas escenas y cada cambio, volvía todo foja a cero.
Pero claro, Cañuelas hace mucho tiempo-al menos para quien suscribe- dejó de ser el termómetro de lo que ocurre, porque en las ferias del interior, todo se dice, todo se escucha y allí además, anida “la invernada”, esa que esta semana, torció la pulseada de creer que “la semana Angus” había sido solo una golondrina en el verano y nos volvió a mostrar que los cambios de “corrientes” se notan poco a poco, y esa falta de terneros, ese regreso del factor financiero, que los granos aún baratos para el encierre, van gestando el cambio que tarde o temprano tiene que llegar.
“Preocupación por los cambios de valores que podrían llegar en el gordo” ya avisa algún analista del sector frigorífico, sabedores de que esa inflación acumulada, para muchos del 40% o más en la hacienda en pie, tarde o temprano derramará el vaso y llegará, con mostradores o sin ellos, no hay manera de que no ocurra, no hay forma de que todo el gordo encerrado, detenga lo inevitable.
Los números hablan: todo el ternero esta semana se ubicó en los 2700$, con lotes de 2800 y de 2900$, y el liviano, fácilmente superó los 3000$. La ternera mete ruido, porque es la categoría que mientras avance la primavera y vuelvan los campos a permitir carga, más faltante tendrá, más retención habrá –el ternero no se queda atrás- y se posiciona en los 2600$, con lotes de 2700$, por eso la preocupación cuando los números de compra tirados en el número de venta actual, arroja quebrantos sin miramientos y cuando eso ocurre, tarde o temprano, habrá que tirar para arriba y allí, estará el cambio.
Mientras tanto el vientre sigue siendo el efecto de más serrucho en toda la cadena, a veces con valores que llaman la atención desde una ternera para servicio, una vaquillona o peor aún, alguna vaca con genética, allí se ven los mejores números. En toros, está todo dicho, aunque la cantidad y el volumen de la campaña, a veces muestra algunos remates que están por debajo del promedio, pero la general, es de mucha conformidad.
Y siempre, para que todo cambie, hace falta un desarreglo: está a la vista de todos, porque en pocos días cuando la campaña de aftosa comience a restringir cantidades y movimientos, será la última gota que este vaso necesita. Y allí, habrá quienes brinden, quienes como siempre renieguen y como lamentablemente decimos: nunca nos sirve los cambios explosivos, pero es la esencia de un mercado, que reacciona por oferta y demanda.
Carlos Bodanza para Radio Perfil y Campo Total Radio
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