Otra muy interesante semana vivió el mercado ganadero, comenzando por las haciendas a la balanza, siguiendo por el consumo, lluvias que se metieron en la semana, con la continuidad de la invernada y hasta hubo cierta “rosca” que llevó a la Mesa de Carnes, a intervenir con una comunicación. Río revuelto, para que muchos además, hagan negocios en el medio de las dudas.
Lo primero por decir es que a pesar de las lluvias que impidieron envíos esta semana, poco a poco se va reconstituyendo la oferta en Cañuelas y en los remates, pero no siempre esos ingresos significan calidad, por eso hubo mucha dispersión de valores para los 22.490 animales ingresados, que tuvieron su techo de hasta 3280$, realmente mucha firmeza cuando aparecen los lotes buscados, que son pocos, porque a pesar de que se va encerrando a buen ritmo – y hoy con valores que cierran en el feed lot según las propias cámaras-, lo que sale es un poco a cuenta gotas, de allí la continuidad en la demanda.
Pero también, todos los aumentos en el mostrador, fueron avalados, de hecho las estadísticas marcan que el promedio del kilo de asado, sigue por debajo de los 10 mil pesos y esa cifra en la Argentina de hoy y con los números de hoy, sigue estando tremendamente competitiva, de allí a que los operadores, siguen animándose a la hora de pagar. El resto sin cambios, toda la vaca con la tranquilidad de las últimas semanas y un mercado que queda expectante una vez más a lo que ocurra en mostradores pero sin ningún indicio de vuelta atrás.
La invernada en pleno veranito: remate tras remate, la cosa se afirma, ya se pueden ver terneros de hasta 3700$, esos son techos, pero los corrientes, van a 3300-3500$, muy firmes, con toda la hembra corriendo en el carril de los 3200-3300$ y siempre se menciona la cantidad de manos que hay pujando, en este adelantamiento de zafra que a la vez con estos valores reinantes, seguirá acelerada, no son valores como para andar especulando demasiado si los ponemos en cualquier contexto histórico, parafraseando a un analista en granos, “los árboles no crecen hasta el techo” y estos precios – en un juego de palabras- no son para despreciar.
Y cuando hay Río revuelto, es lógico que también salgan otras cuestiones a flote, por eso lo ocurrido esta semana con el pedido de puesta a revisión de gastos del IPCVA por parte de los matarifes, enseguida es puesta en eco por muchos, ya que tiene que ver con una producción ganadera que como otros tantos rubros en la Argentina, contienen un paquete de costos y gastos, que son extremadamente pesados para un productor que vive achicando gastos y que también ve que de alguna manera, el Estado lo hace y serán seguramente cada vez más sectores los que presionen para que todo gasto insumido –cualquier productor mencionará fletes, guías, gastos de remates, comisiones, etc, etc en cada venta- todo debería ser revisado, con trasparencia, con austeridad y su apertura hacia cualquier tipo de cambio, son las claves para que cualquier duda, quede eliminada rápidamente y no se entre discusiones si debe cambiarse o no la ley –aprobada y promovida por las propias entidades y sector-, cuando solo es necesario que los gastos, estén a la altura de las circunstancias. Promocionar la carne es promocionar nuestra bandera, algo claramente necesario, por eso cualquier duda debe cortarse de raíz con numeros que siempre estén a la vista de todos.
Son tiempos de cambio, lo venimos marcando, mercados en suba fuera de fecha, consumo bajo su propio carril más allá de la economía, exportación presionando, un Estado en plena revisión de gastos y productores hartos, de pagar varias veces lo que ya pagaron. Río revuelto, donde no siempre los pescadores, son los que manejan las redes.
Carlos Bodanza para Radio Perfil y Campo Total Web
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