Todo es angustia, desesperación, incertidumbre. En la ciudad está todo dicho, el alcance de la inundación tomó cobertura nacional e internacional, todos los focos están puestos ahí y seguramente la tragedia, será mayor a medida que bajen las aguas. Pero hay también, una victima silenciosa, que siempre tiene bajo perfil y queda en segundo lugar de cualquier crisis y sin embargo, es al que se recurre una y otra vez cuando las cosas están mal. Por eso, es hora de visualizarlo.
“La salida del campo fue una verdadera odisea. Con camioneta, con tractor, de a pie, todo tuve que hacer para lograr dos días después llegar a la ciudad, pero los caminos no existen más. Uno que es de piedra, lo destruyó el agua y hasta zocabó la piedra, por lo cual se necesita ya mismo, una docena de camiones para tapar esas zanjas y volver a hacerlo transitable. El otro, hay que hacerlo o en tractor o en varias camionetas porque con una, el riesgo de quedarse es muy grande. Pero hay productores y empleados que desde el viernes están completamente aislados en los campos”, relata un productor del camino de La Hormiga hacia el lado de la Ruta 35.
“Hoy nos juntamos como para evaluar un poco toda la información que tenemos y para dónde vamos a salir con la lluvia y demás. Hasta ayer era poca la información que teníamos, algunos campos complicadísimos para entrar y salir. Y en términos productivos también muy afectados. Estamos recopilando información punto a punto, todavía no hay algo muy preciso. Pero de lo que estoy seguro es que la afectación es muy importante, eso está clarísimo. Hay que evaluar a ver cómo encaramos todo esto, porque se va a necesitar una cantidad de recursos muy importantes. No sé si hay que hacer alguna obra de canalización del agua, vamos a tener que hacer primero eso, que me parece lo más urgente, que es desafectar las zonas que están muy complicadas. Y ver si se puede mover esa hacienda a otros campos. Lo más rápido que se me ocurre es eso, que es lo que estuvimos hablando con la gente de la AGA y los más afectados” aseguró el presidente de la Asociación de Ganaderos y Agricultores (AGA) Mariano Damore.
Afectación
La mayoría de los campos tienen zonas anegadas, en algunos, directamente no existen superficies sin agua. En muchos casos hubo que evacuar corrales, se desconoce hasta el momento el número, pero habrá seguramente muchos terneros muertos y campos con ovejas, sus corderos ya no están, “las veo balando por todos lados buscando los corderos, pero el agua se llevó todo” relata un propietario de un campo de Chasicó.
Los alambres se borraron, todos los campos con y sin costa de arroyos, no tienen ni postes, el agua se llevó absolutamente todo y es muy difícil evaluar pérdidas, cuando ni siquiera se puede juntar la hacienda para contarla, en la mayoría de los establecimientos, los rodeos se juntaron y no existe más la diferenciación por categorías.
“Estoy yendo por un par de lugares que me dijeron puedo llegar, pero tengo no menos de 4-5 silo bolsa que están bajo el agua, ya hablé con el acopio y veremos que pasa cuando baje el agua, que me sirve y que no, pero tendré que desarmarlos” explica otro productor, sabiendo que en el fondo, perdió todo lo cosechado hace apenas tres meses atrás.
Lo más preocupante sin dudas son los caminos, porque la ayuda a la ciudad llegó de todos lados, la mirada está puesta allí, pero ”el campo no para” y en esa frase no se habla de una simple cuestión de economía, se trata de que allí también hay vidas, humanas y animales cuyo perjuicio será más grande aún para la ciudad, en caso de no socorrerlo a tiempo.
El Puerto
Sin dudas Ing White es uno de los lugares más afectados “hubo que romper la ruta de ingreso para que pase el agua hacia el mar” destaca un corredor de cereales dejando claro que será muy difícil en los próximos días la descarga de camiones a puerto. En pleno inicio de cosecha de girasol, Bahía Blanca es una terminal fundamental para toda la región y hoy está lejos de estar operativa. Las rutas de ingreso a la ciudad en algunos casos llevará días sin reponerse: la ruta 3 está aun inoperante por un corte cercano a Bahía Blanca, la Ruta 3 vieja tiene un espejo de agua importante con enormes filas para su ingreso. La Ruta 51 y la 33 están operativas por sectores, pero ya hacia el lado de Guaminí, la 65 también quedó afuera. El ingreso de la 35 será otro que llevará mucho tiempo, con varios puentes que quedaron afectados, con ruta zocabada en varios tramos. La Ruta 3 sur fue cubierto uno de los tramos rotos con escombros, por lo cual el ingreso es limitado y la mayoría de los puentes que atraviesan los ingresos de la ciudad, están en condiciones precarias, con solo Alem, el de Vieytes y la circunvalación en condiciones.
El abastecimiento de combustible, también es limitado, con estaciones de servicio fuera de operación donde recién a partir de hoy, se espera un mayor suministro con cargas que llegarán de afuera.
Hay mucho por hacer, pero hay que hacerlo YA, porque lo que no se haga, será todo perdido, no solo para el campo, sino también para la ciudad.
Carlos Bodanza
Para Infosudoeste
