Fue una semana sin dudas marcada por el factor climático y el retorno a los negocios después de un buen fin de semana de ventas, como el que significó el pasado día de la madre.
El primer día de operatorias Cañuelas se volvió a despachar con un buen ingreso, para que el resto de la semana se calmara, principalmente de la mano de las lluvias que impidieron los envíos, y seguramente quien además se vio venir la tranquilidad en los negocios, comenzó a intentar retener, todos sabiendo que ya no queda mucho más margen para el cambio de valores, sobre todo hablando del consumo, que es donde están puestas todas las miradas. Solo el día viernes, con apenas poco más de 2 mil vacunos, los precios del liviano llegaron cerca de los 2210$, algo que sigue siendo un techo y solo para mercaderías muy especiales, el resto va todo rozando los 2 mil o para abajo de un total que terminó siendo relativamente chico en los 20.965 animales.
El resto de los negocios en la balanza, siempre tiene a la vaca con su firmeza y es notorio en las ferias del interior como es una de las categorías –sobre todo la vaca gorda buena para consumo- metiendo valores de 1700 y hasta 1800$, donde se nota la falta absoluta de conservas, de manufas inferiores y todo aquello que quedó en el camino durante el invierno y hoy muestra en primavera que salvo aquello que no presentó ternero o alguna falla reproductiva, no hay mucho para “rascar” y será una categoría cada día más ausente a medida que las lluvias, permitan la tan deseada retención.
La invernada sigue siempre con sus mismos arguementos pero tal vez, si un pone la mirada al sur de la barrera patagónica, se ve el otro mercado, ese tan estacional y de terneros que pasan fácilmente los 3000$, con valores de hasta 3700-3800$ en cualquier categoría, con hembras que se parecen en los precios y donde se comienza a ver como el vientre, toma vuelo, encontrando vacas preñadas en 1.6 o 1.8 millones de pesos para haciendas generales, si uno quiere poner un espejo mirando “que pasaría cuando falte hacienda”, muchas veces esos valores, terminan reflejándose mucho tiempo después cuando subimos la barrera.
Por acá el faltante también se nota pero aún nadie se anima con valores un poco más firmes, buscando aún las respuestas de un gordo que seguramente traerá novedades a partir de noviembre, con algún otro fin de semana largo a la vista, ya que en lo climático, se espera una semana de tranquilidad, algo que también posibilitará el avance de la campaña de vacunación.
Temas ganaderos sobran para mirar para adelante, sin dudas la vacunación el año que viene tendrá que tener, por lo menos un serio debate desde las autoridades sanitarias, la trazabilidad ya no está en discusión y más allá de las cuestiones de voluntarias u obligatorias, no hay manera de pretender ser un país ganadero exportador, si no somos capaces de poder demostrar qué es lo que hacemos y de eso se trata la identificación electrónica que increíblemente, tiene a muchos dirigentes debatiéndola, mientras temas realmente preocupantes en cuanto a los gastos del productor, pasan sin siquiera hacer ruido.
Mientras nosotros nos debatimos en nuestras miserias, limitaciones y sobre todo, hipocresías, nuestros vecinos avanzan, con un Brasil que es mirado por el mundo por entender todas las cuestiones sin tanta protesta ni tibieza, jugar en el primer mundo requiere ganaderos con una mirada profesional, dirigentes desprendidos de propios intereses y exportadores comenzando a mirar como pagar mejor la calidad y no como hacer sus propios negocios. Hay mucho por mejorar, hay mucho para cambiar, pero atención, el mundo sigue girando y no espera a los que se revuelcan, en sus propias limitaciones.
Carlos Bodanza para Radio Perfil y Campo Total
Infosudoeste