Llegamos a febrero y el país sigue necesitando propuestas.
La propuesta se descubre desde la actividad. Es la mente adulta que examina el problema, que busca, encuentra y formula la solución más conveniente. Enfoca en una actividad creativa, reflejando independencia, madurez y entrañando responsabilidad.
Nuestro país, para desarrollarse, necesita más de la propuesta que de la protesta. No es que no haya temas de qué protestar, pero si ello viene adjunto a una proposición se transforma en un avance significativo.
En nuestros orígenes, si el productor agropecuario se hubiese quedado en las huelgas agrarias, nunca habría avanzado hacia procesos emancipadores y de construcción colectiva como son las entidades que los agrupan. En ellas, los hombres y las mujeres del campo pudieron encontrar el amparo y la seguridad a su medida, a la vez que continuar aspirando a nuevas etapas de transformaciones económicas, sociales y culturales. En otras palabras, el esfuerzo propio y la ayuda mutua ayudaron a trocar protesta por propuesta y superarse a través de una sociedad de personas. El tema es que hoy por hoy, además de las entidades agrarias, las empresas, y también las instituciones de la República, deberían tener hombres y mujeres cabales que trabajen en propuestas superadoras y que no se queden buscando la respuesta correcta a lo que sucede en estos tiempos inéditos.
¿Qué son los tiempos inéditos? Son los que nos plantean problemas inesperados, para los cuales no contamos con respuestas previsibles. Problemas que se suman y escapan al repertorio de recursos que han hecho y hacen posibles respuestas eficaces ante preguntas problemáticas que se dan en esta ola de cambios en materia de medioambiente, educación, avances tecnológicos, de producción, de ética, etcétera.
En consecuencia, debemos aprender a entender los problemas de nuestro tiempo, vinculándolos a nuestra propia vida personal; aprender a pensar qué dilemas en nuestra labor cotidiana están reflejando interrogantes de nuestro tiempo. Eso es ser ciudadanos responsables; hombres y mujeres deseosos de hacer propuestas superadoras con conciencia crítica.
Propuesta, de eso se trata, para encontrar maneras creativas, emancipadoras y maduras, para construir un país mejor.
José Luis Ibaldi – Para Mañanas de Campo
